martes, 9 de julio de 2002

Otra vez los científicos tenemos la culpa. Néstor G. Gaggioli, 09-07-2002.

Durante la época del inefable Lic. Caputo y debido a sus confusas declaraciones sobre ciencia y tecnología (CyT), se discutió hasta el hartazgo el significado de estos términos y su relación con la sociedad. Muchos de los trabajos elaborados en ese lapso figuran en la página de la Coordinadora del CONICET (www.geocities.com/forumconicet).
En ese período, los problemas de la CyT Argentina se debían a la estabilidad de sus investigadores en CyT, a su evaluación laxa realizada por grupos enquistados en el sector. Para el Lic. Caputo lo importante para el país era que el pueblo tuviese un millón de PCs, la Clementine en funcionamiento y transformar a todos los científicos en becarios (aunque a veces lo negaba). Los científicos expusimos nuestros argumentos y nos organizamos para defender un logro de toda la sociedad.
Se demostró con hechos y con números que nuestro país prácticamente no invierte en desarrollo tecnológico sino que sólo invierte y bastante mal en investigación básica y aplicada...
A mediados de junio del 2002 en una Asamblea conjunta de la Coordinadora del CONICET y ATE, esta última organización difundió la Resolución 82/2002 del Ministerio de Economía que, bajo el aspecto de una búsqueda de eficiencia y racionalidad, se pretende una nueva reducción del Estado y, como el eslabón más débil es el sector de CyT será allí, sin duda, donde probablemente se cortará la cadena...
...estamos ante una nueva reducción del Estado, sólo que esta vez no es posible utilizar el mismo “verso” que en las anteriores pues casi todo el mundo está en contra de las políticas neoliberales de “racionalización”; entonces es imprescindible justificar la reducción diciendo que es para conseguir fondos para el Programa de Jefes y Jefas de Hogar...
Luego del shock que me produjo esta resolución llega a mis manos una entrevista que la Lic. K. Peregrina de la Academia Mexicana de Ciencias le hizo a la Lic. Lilia Puig.
La Lic. Puig en uno de los primeros párrafos de la misma reconoce (y lo dice en México): que la falta de solidez en la estructura científica de su país (el nuestro), así como el enfoque erróneo que ésta tuvo durante la época en que alcanzó un desarrollo máximo, contribuyeron no sólo al virtual colapso por el que atraviesan la ciencia y tecnología en ese país, sino incluso a la emergencia económica que actualmente les aqueja. Menos mal que no nos acusó de ser los responsables de la emergencia nacional. Pero somos los responsable de la actual situación que nos aqueja, ¿será por la falta de relevancia? o porque el ¿efecto neto no resulta claro para la sociedad? Todo va cerrando ¿no les parece?...

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